sábado, 24 de julio de 2010

Día 9: Tokyo, here we go!!!

ConIchiyWa!!!

Bueno muchachada, abandonamos la tranquilidad de Kyoto y vamos camino de otro mundo dentro de otro mundo, Tokyo. Os comentamos un poco lo que fue el primer día, aunque no hicimos gran cosa debido a que el trayecto entre Kyoto y Tokyo era de tres horas en tren bala.

Desayunamos en Mister donut, veronica un croissant relleno de cosas y yo una bandejita de sandwiches de muchos sabores acompañado de unos zumitos de naranja la mar de ricos y listos para coger el tren. Como siempre un frio que flipas, se nos sento un señor que cuando ya estaba harto del frio que pegaba aviso al revisor y lo convencio para que bajaran el aire, ahi sus guevos...

Llegamos a Tokyo, menudo follón de tranportes, es mucho más difícil que kyoto, un montón de conexiones, un montón de medios de transporte, quince minutos haciendo el canelo para buscar el metro y al final lo conseguimos, nuestro destino era el hotel Edoya...



Bajamos en Yushima St. de la linea Chiyoda con sendos maletones de 150kg. cada una (recordad que estamos a unos 35ºC más o menos) y enfilamos la calle del hotel, que es una calle empinada que ríete tu del Turmalet del tour de francia.
Y llegamos al hotel, bueno, que decir, si queréis lujo olvidaros de este hotel, es más bien chusquero y da un poco de miedo, hay más españoles que en benidorm.
Dejamos las maletas, nos acicalamos un poco y nos vamos de paseo por el barrio de Ueno.




Pero antes toca papear, justo al final de la cuesta del 7%, encontramos un restaurante que a Vero le entra por el ojillo, y la verdad es que volvimos acertar, unos platos muy típicos en Japón que consisten en carne rebozadita, sopa japonesa y cacito de arroz...



Después enfilamos la calle arriba y paseamos por el mercado de Ameyoko, callecitas con tiendas de ropa, sandalias... Llegamos a la estació de Ueno y cogimos un tren hasta Nippori.



Allí vimos un cementerio de la leche de grande llamado Yanaka, la verdad es que aunque era primera hora de la tarde no había mucha gente y daba un jiñe considerable, sobretodo cuando ibas caminando entre las tumbas y aparecían de repente cuervos cruzándose en tu camino. En cada tumba se ponen unas maderitas con unas inscripciones y cuando sopla el aire hacen un ruidito que como te pillen flojo te vas por las patas abajo de cangueli.
Lo curioso de los cementerios orientales, en este caso, japoneses, es que están a la vista y cerca de las viviendas, había una separación de escasos metros, todo lo contrario a los cementerios europeos.





Muerticos de calor, volvimos a la estación de Ueno, me compré un onigiri (es un triangulito de arroz envuelto con nori típico de las series de Arale) que me comí por el camino, de camino nos encontramos con un restaurante que servían pez globo (Fugu), nos paramos a comprar en un super la cena, unos sandwiches, unas patatuelas y un platano de postre, a dormir!!!




Tokyo abruma, la cantidad de gente que hay aquí en comparación con Kyoto es muy superior, la gente se ve diferente, más modernita y más occidentalizada pero sin perder el nivel de horterismo...



Arigato gozaimasu!!!

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